Ortiz Barajas Karla Verónica
El comentario sobre Lorca y Un Chien Andalou, corregido en ortografía y sintaxis, me disculpo por las erratas del anterior y las que se me pasaran en éste.
Lorca ¿un perro andaluz?
Son muchas las versiones que han surgido alrededor del material creativo al que recurrieron Dalí y Buñuel para realizar los personajes y el guión de Un Chien andalou. Como apasionada lectora de Federico García Lorca, me atrevo a intentar explicar de forma muy resumida porque el poeta asumió que su personalidad había influido en sus amigos durante la creación del protagonista masculino de su película.
Un fugaz resumen de su relación
Fue la Residencia de Estudiantes de Madrid, el lugar donde muchos jóvenes intelectuales se conocieron y formaron sus más íntimas relaciones, como el caso de cuatro futuros artistas.
El primero en llegar a la Residencia fue el aspirante a medicina José (Pepín) Bello Lasierra, quien en 1915 formó parte de la primera generación de bachilleres aceptados en el recinto. Dos años después en 1917 el “enérgico aragonés” Luis Buñuel Portolès ingresó como alumno de la Universidad, donde formó una intima relación con Pepín Bello. Entrevistado por el propio director Jiménez Fraud, fue aceptado en 1919 el carismático granadino Federico García Lorca, que ingresa como compañero de cuarto de Pepín.
Los tres formaron un grupo intelectual donde compartieron e intercambiaron opiniones de sus primeras creaciones artísticas, aunque Bello estudiaba medicina tenía una sensibilidad estética a la que recurrían sus compañeros para que criticara sus obras.
Un año después inspirado e incitado por sus compañeros Lorca acepta un proyecto encomendado por Martínez Sierra, y escribe la primera obra de teatro que se puso en escena El maleficio de la mariposa. Aunque la presentación de la obra fue un fracaso, dio mucho de qué hablar entre los estudiantes y generó polémica.
Tras esa situación y una representación de Don Juan Tenorio, en la que participó también Buñuel, la popularidad de los tres estudiantes creció rápidamente. El año en que el joven Salvador Dalí, ingresó a la Residencia, ya eran considerados el grupo artístico más creativo. El pintor puso su mayor empeño formar parte de ellos.
La estrategia para acercarse consistió en darse a conocer como un pintor que experimentaba las nuevas tendencias, al exponer un cuadro de corriente cubista. La vanguardia y excentricismo del joven llamaron la atención de sus compañeros y en poco tiempo pasó a formar parte de su grupo.
La evolución artística fue de la mano con la personal, rápidamente Lorca y Dalí se volvieran inseparables, visitas a la casa del pintor en Cadaquès, la composición de Odas poéticas, recorridos nocturnos por Madrid, platicas de madrugada descritas por el pintor como “las platicas más profundas e importantes que se tuvo en esa época”, noches amenizadas por el piano del poeta, tuvieron como consecuencia un distanciamiento de Buñuel y Bello.
Se generó una especie de rivalidad entre Lorca y Buñuel, el aragonés opto por atacar todas las creaciones del poeta, una anécdota cuenta que cuando Lorca leyó para él y Dalí el manuscrito de El amor de Don Perlimplin con Belisa en su jardín, Buñuel detuvo en seco la lectura y la calificó como una mierda.
La relación entre ellos se volvió más áspera cuando surge en Buñuel la idea de viajar a París para evitar la censura española y experimentar con las nuevas tendencias artísticas. Lorca se niega a ir, porque un arraigado sentimiento nacionalista; sin embargo Dalí se muestra interesado en conocer el grupo surrealista.
Y ya me extendí entonces pasan muchasmuchasmuchas cosas, Dalí y Buñuel se unen al grupo de Bretón y Lorca atraviesa por un momento de crisis emocional, creativa, existencial, encima sufre la censura de todas su obras que son clausuradas días antes del estreno.
La idea de crear Un perro andaluz, aparece en Buñuel tras la aceptación que el grupo surrealista da a Dalí por su cuadro El juego lúgubre, Buñuel siente la necesidad de crear un trabajo cinematográfico que de igual forma lo posicione dentro del grupo.
Informa por carta desde París a José Bello del proyecto, el 10 de febrero de 1929 le escribe: él y Dalí están más unidos que nunca, y han preparado el guión en íntima colaboración. Además, añade, tiene listo para la imprenta un libro de poemas. La parte importante a todo esto que comienza a involucrar a Lorca, es el momento en que encontraron el título de la película, la ocurrencia les había hecho “mear de risa” dice: “Se llama El perro andaluz. He de advertirte- añade Buñuel- que no sale un perro en todo el libro”.
Para esto en la Residencia de Estudiantes a veces se llamaba perros andaluces, (es un modismo, igual que los gatos madrileños) a los inquilinos sureños, de los cuales Lorca era el más destacado desde la publicación de El Romancero Gitano.
Dalí informa del título a Lorca por una carta, tiempo después comenta con Bello, que después de esa “travesurilla” él y Buñuel no dejaron de reír en días.
Entre tantas noticias malas Lorca recibe algo que ofrece frenar sus problemas económicos y le permite a salir de España, con todos los conflictos internos que atravesaba, sintió la necesidad de abandonar su tierra y respirar nuevos aires. Su amigo Ángel del Río, profesor en Columbia, Nueva York, lo invita a dar una serie de conferencias en las universidades norteamericanas y cubanas. Lorca acepta el proyecto.
Mientras tanto, Dalí le cuenta por cartas a Bello de las ideas que tiene para el guión: “pensaba en un filme que narrara la larga vida de los pelos de una oreja o que fuera un relato en cámara lenta de la vida de una corriente de aire…”
Cuando el proyecto se hace serio y se aprueba su rodaje La Gaceta Literaria LÀmic de les Arts anuncia:
Se habla insistentemente de la próxima aparición de una revista de alta tensión espiritual. Se publicará en París. Y la dirigirán Salvador Dalí y Luis Buñuel. Esta revista será el órgano de un grupo, muy restringido, más o menos afín con el superrealismo. Pero con un sentido de claridad, de precisión y de exactitud absolutas. Con la máxima salud. Sin el menor contacto con lo patológico. Y con un espíritu netamente anti francés (En ese momento ya sólo son fieles al grupo de surrealistas, no a Francia porque también tiene una parte conservadora que busca censurarles). Al “charme” de la Isla de Francia, esa revista opondrá la intensidad racial de Cadaquès, de Montroig, de Aragón… por su vigor, su vitalidad y su esterilización, está revista se hallará situada en las Antípodas de las delicadeza, del perfume, del encanto de un Paul Èluard, por ejemplo.
Por ese espíritu “anti francés” titulan la obra Un Chien andalou, en catalán idioma original de los autores. Pero ¿por qué Un perro andaluz?, según los autores porque no guardaba relación alguna con los temas del filme, que iba a titularse Es peligroso asomarse al interior a la inversa del aviso que tenían los trenes franceses: “C'est dangereux de se pencher au dehors” ("Es peligroso asomarse al exterior").
El 6 de junio de 1929 se realiza el estreno privado de Un Chien andalou en el Studio des Ursulines, tras aceptar Buñuel una invitación de Man Ray para compartir cartel con su cinta Les Mystères du Chateau du Dè, que se exhibió primero.
Cinco días después la película se exhibe en otros países, en Inglaterra por ejemplo. Por ese tiempo Lorca está por la ciudad de Londres, como una escala con motivo de su viaje a Nueva York.
Buñuel escribe a Dalí
“Federico, el hijo de puta, no ha pasado por aquí. Pero me han llegado pederàsticas noticas. Concha Mèndes, la zorra ágil, ha escrito a Venssenss (Juan Vicèns) diciéndole: Federico ha estado en Londres y me ha contado el gran fracaso de Buñuel y Dalí. Lo siento, pobres chicos”.
En Ese momento se dejaron de supuestos y se hicieron explícitos todos los líos entre los tres por la película, Dalí y Buñuel se sienten agredidos porque Lorca no ve su película y encima habla mal de ella y Lorca se siente aludido y vituperado por el título.
Ya en Nueva York, a finales de 1929, Lorca conocía el guión de la película. Habló al respecto con su amigo Ángel del Río, “Buñuel me ha hecho una mierdecita así de pequeñita que se llama Un perro andaluz; y el perro andaluz soy yo”
¿Por qué el perro andaluz es él?
Lorca comienza a asociar las escenas de la película con las anécdotas de su amistad. Una de las escenas donde el protagonista masculino se materializa de repente sobre la cama y “vuelve a la vida” causo en el poeta una alusión a las representaciones que él hacía de su propia muerte y resurrección, que tanto había impresionado a Dalí, en sus palabras.
La escena inicial de la bicicleta, el protagonista avanza tambaleante por la calle vestido con uniforme de sirvienta, y cae al suelo, que coincide en todos sus detalles con un escrito suyo, a modo de guión cinematográfico, pero sin ser más que el boceto, hecho en julio de 1925, poco después de su primera visita a la casa de Dalí en Cadaquès, El paseo de Buster Keaton, (a quien admiraba profundamente como actor y en quien proyectaba sus deseos homosexuales).
El texto fue publicado en El gallo, en su historia Buster Keaton no sólo se cae de su bicicleta, sino que fracasa rotundamente en dos encuentros heterosexuales. Hechos que después se presentan en la película, en la secuencia de intento sexual de los protagonistas.
En el plano donde las manos del protagonista tocan a la muchacha, y después de ese encuentro se transforman a las nalgas, Lorca asoció la imagen, con la angustia que le provocaban los senos femeninos, una situación patológica que llegaba al horror, a su vez la consideró una alusión implícita a su homosexualidad.
Cuando el protagonista no puede llegar a la muchacha porque lo detienen cosas que arrastra y carga a espaldas, el piano que aparece es el mismo modelo del piano que Lorca tenía en La Huerta de San Vicente, en Fuente Vaqueros, que no conocían sus amigos pero del que les hablaba constantemente.
La imagen donde la sangre brota de la cabeza del protagonista es prácticamente igual a la cabeza cortada del poeta en el cuadro de Dalí La miel es más dulce que la sangre.
Las hormigas son otro rasgo asociado con las pláticas en la Residencia, el cuarteto empleaba el término putrefacto, una palabra que usaba Lorca y que terminó integrándose al lenguaje del grupo, era la forma en que denominaban a aquellos que no encajaban en su esquema de liberalidad ni filosofía de vida. Los putrefactos eran representados por burros, perros, y hormigas.
Por ese tiempo Lorca ya no compartía la visión de sus amigos, quienes criticaron profundamente la literatura nacionalista de los romances escritos en su último libro, Lorca les responde por carta: “Yo no quiero de ninguna manera que estéis indignados conmigo. Esto me apena. Yo no tengo culpa de muchas cosas mías. La culpa es de la vida y de las luchas, crisis y conflictos de orden moral que yo tengo”. Las hormigas saliendo del cuerpo del protagonista sugirieron al poeta la nueva percepción que tenían sus amigos de su personalidad y trabajo.
Ante esta situación Lorca decide tomar revancha al escribir un guión que superara en atrevimiento el de sus amigos. Viaje a la luna, el único guión cinematográfico del poeta, que se conoce por Emilio Amero. Según el artista mexicano Lorca creo en dos tardes su propio guión- contestación a la cinta de Dalí y Buñuel.
Pues así las cosas chicos, un tanto Mean Girls no jeje, anexo un link con una nota sobre el texto de Lorca y otro que habla sobre el Libro de los putrefactos, proyecto de Dalí y Lorca, para el cual el poeta escribió varios textos y Dalí creó alrededor de 60 dibujos, que debido a su distanciamiento nunca se completó.
http://www.elpais.com/articulo/cultura/GARCIA_LORCA/_FEDERICO/Revelaciones/guion/Lorca/paseo/Buster/Keaton/elpepicul/19821224elpepicul_5/Tes
http://tancansado.blogspot.com/2007/06/el-libro-de-los-putrefactos.html
Otro de los poetas que se adjudicó el personaje fue, Rafael Alberti, originario de Cádiz, quien también reflejó su inconformidad en su poesía pero ese es otro cuento.
Que si todo fue coincidencia, o que sí el poeta encontró rasgos suyos en la película porque así lo quisieron sus amigos o fue una mera explosión de protagonismo eso lo deciden ustedes. Hasta pronto.
.Bibliografía
Confesiones inconfesables, Salvador Dalí
Federico García Lorca. I. De Fuente Vaqueros a Nueva York, Ian Gibson
Lorca-Dalí, el amor que no pudo ser, Ian Gibson.
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